Lavarse las manos es un gesto cotidiano para la mayoría de las personas del mundo. Sin embargo, lavarse con agua y jabón no es tan frecuente: millones de personas utilizan únicamente agua para lavar sus manos, incluso en los denominados "momentos críticos" (antes de comer o preparar comida, después de ir al baño o de cambiarle los pañales a un bebé, entre otros).
No lavarse las manos o no usar jabón al hacerlo supone un riesgo de propagación de enfermedades infecciosas tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, aunque sus consecuencias son mucho más graves en los países más pobres, debido a factores como:La dificultad de acceso a la atención médica.
- La mayor incidencia de enfermedades como el cólera, la hepatitis, el tifus o la poliomielitis.
- La desnutrición infantil.
- La escasez de fuentes de agua potable.
- La precariedad en las instalaciones de agua, saneamiento e higiene.