Fomentar las habilidades sociales y emocionales de nuestros hijos deberían de ser una prioridad, para que los alumnos saquen buenas calificaciones y hagan bien sus tareas, debemos como padres enseñarles y fomentarles tener cierto grado de autocontrol, tener la capacidad de aplazar esos pequeños placeres, es decir que aprendan a “planificar” esto no se consigue aprendiendo matemáticas, física o idiomas.
La base de la educación emocional es que nuestros hijos aprendan a identificar sus emociones, un niño que conoce e identifica sus emociones es un niño que funciona mejor,aprende a auto regularse y conociendo sus emociones aprenderá a interpretar las emociones de otros y así socializará mejor por que aprende a empatizar, será un niño más seguro y con carácter. Suena lógico, ¿no?
Se tiene que tomar en cuenta que los niños entre los 11 y los 15 años (adolescentes bomba) no decodifican la información de las emociones adecuadamente, es decir la deforman o la ven diferente de acuerdo a las bases en su infancia, esto es por lo que se nos paran los pelos cuando llegan a esa edad, una práctica muy sencilla que se debe hacer todos los días cuando son aún pequeños es la siguiente; cuando sus hijos tengan alguna emoción, la que sea, pregúntenle ¿que sientes? ¿estás enojado? ¿estás frustrado? ¿estás feliz? este breve ejercicio lo ayudará a aprender a identificar sus emociones, a ponerle nombre a cada una, esta es la base.
Hoy por hoy nosotros como adultos no sabemos distinguirlas, a veces no sabemos ni lo que queremos, ni como nos sentimos, eso de debe a que no nos enseñaron a reconocer nuestras emociones y por ende no sabemos resolver, nosotros tenemos la oportunidad de que nuestros hijos si lo sepan, las emociones son la esencia, el núcleo sobre el que se construyen las relaciones y se toman las decisiones, se han preguntado ¿que relaciones y que decisiones queremos que tomen nuestros hijos?…
Autor: Marie Chalita.
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