¡Espacios lúdicos en jardines infantiles!

La ventaja de las zonas personalizadas está en que “los pequeños son más independientes, tienen más autonomía, saben que en cada espacio encuentran el material que requieren para una actividad y no solo se apropian de su salón de clases, con tanta variedad, los niños también disfrutan del conocimiento y de la experiencia de más maestros. Además, saben que los espacios son de todos y necesitan cuidarlos”...

Motricidad gruesa:

Coloridos, así son estos espacios llenos de  colchonetas, hula-hulas, columpios, plataformas de equilibrio y aparatos de suspensión, que favorecen las actividades asociadas con el desarrollo motor grueso y vestibular, cambios de posición, equilibrio, postura y movilidad del cuerpo. Algunos, incluso, cuentan con bicicletas estáticas para ejercitar los músculos.

Usualmente, la terapeuta ocupacional es la encargada de dirigir y supervisar los ejercicios. Allí deben dar botes, pasar los obstáculos, saltar, marchar, seguir instrucciones y también aprender a respetar el turno de su compañero.

“Si los niños desarrollan la motricidad gruesa, más adelante tendrán herramientas para trabajar en una mesa”, dice Alicia Dávila.

Texturas:

Estimulación sensorial, exploratorio o texturas son algunos de los nombres que reciben estas áreas dedicadas a brindarles a los niños nuevas tramas para conocer, allí se trabajan con diversos materiales como pintura, greda, barro, jabón, plastilina y brochas, y se realizan actividades para enseñarles a diferenciar el calor del frío, lo áspero de lo suave, lo alto y lo bajo. Lo más destacado en estos jardines para desarrollar el tacto, el olfato, la vista y el gusto es:

• Masajes en las manos con aceite tibio o frío, para diferenciar las temperaturas.
• Circuitos con tapetes elaborados con diferentes materiales y gramajes, los hay con: arena, icopor, fríjol, pasta y también de texturas suaves como felpa.

•  Juegos para la exploración de los sentidos: caja mágica donde los niños con los ojos vendados introducen las manos y encuentran juguetes de diferentes tamaños, texturas y formas.

• Juego de lavadora. Contiene sombreros, corbatas y lavadoras en ‘diminutos’ tamaños, los niños deben reconocer cada prenda y sacarla, según la instrucción del docente.

• Caja de medias: taller para ayudar a los niños a asociar colores, la maestra las revuelve y los niños deben extraer pares.

• Mesa de agua: como su nombre lo indica, son actividades relacionadas con este recurso natural, se trabaja con objetos que se hunden y flotan.

• Mesa de masas: en esta se experimentan los cambios físicos en la materia, los niños reconocen el proceso del hielo cuando se derrite o cuando se endurece la masa, entre otros. Además, se realizan juegos con pesos y tamaños, un primer acercamiento a las pre-matemáticas.

• Mesa magnética para hacer juegos con imanes.

Construcción:

Aquí los pequeños encontrarán toda clase de juegos de construcción, en diferentes tamaños y materiales: caucho, tela, madera y plástico, con los que pueden armar figuras de todo tipo. Estos juegos ayudan a los niños a adquirir habilidades motrices en la manipulación de las piezas y conceptos de volumen (grande-pequeño, alto-bajo, corto-largo), formas geométricas y nociones de equilibrio y resistencia. Se les atribuyen beneficios en el desarrollo motriz, intelectual, cognoscitivo y emocional.

Los niños suelen recrear objetos o situaciones de la vida real, y le adicionan algo de creatividad,  con las figuras que arman, construyen juegos e historias.

Al contar con espacios destinados a este fin, los niños tienen la ventaja de aprovechar al máximo el material, con el tiempo, los niños van adquiriendo la habilidad de clasificar las fichas, hacer seriaciones de figuras y aprender conceptos geométricos.

Libros y más libros:

La biblioteca o el salón del lenguaje se convierten en una tentadora opción para los niños porque pueden descansar en los cojines, disfrutar de los títeres (opcional) y de los cuentos que allí se encuentran, es un espacio para sumergirlos en el mundo de las historias y generar gusto por la lectura. Pueden llevar los cuentos a sus casas para leerlos con sus padres, también aprenden a cuidar los libros, a mejorar el lenguaje, el vocabulario y la comprensión, y a seguir instrucciones.

“Además, se trabaja la expresión, la comprensión, la memoria visual y la discriminación auditiva, al crear una historia con imágenes, los niños realizan una secuencia lógica de pensamiento. Deben ayudar a dar solución a ciertos ‘problemas’ de la historia, eso mejorará su creatividad”, afirma Nathalie.

Huerta y naturaleza:

Despertar el interés por la naturaleza desde temprana edad es uno de los retos de los maestros en las diferentes instituciones educativas, sin embargo, en el Jardín infantil Hojalata es importante hacerlo desde el primer día.

Fuente del artículo: Link

Imagen extraída de: Google.

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